Muestra
Syfy 2016 - Día 3
El
tercer día ha comenzado con una película infantil brasileña
llamada El niño y el mundo, dirigida por Alê Abreu
que está ganando premios por todo el mundo. Al pertenecer a la
sección infantil, era en versión doblada, y como no la he visto,
pasamos al siguiente punto.
Después
de hablar tanto de Raúl Arévalo anoche, Leticia Dolera
ha pedido que los frikis de Syfy le convenzamos para que venga mañana
a La muestra, mínimo a decir Canino.
Como
Leticia ha considerado que no hacía falta presentar The
piper (sí, ha vuelto a la sesión de los motivados), nos ha
contado un nuevo timo que se está poniendo de moda por Madrid. Por
lo visto, las tarjetas de crédito y débito que van por chip hacen
un cobro automático, sin meter pin, por valores inferiores a 20 €.
Los timadores, que no son tontos y utilizan toda su inteligencia para
el mal, tienen unos datáfonos que van pasando cerca de los bolsos y
bolsillos de los transeuntes de Madrid, cobrándose 19,99 € de cada
tarjeta de este tipo que se cruza por su camino. Tened cuidado,
consejo de Leticia.
Hay
gente que no sabe a lo que viene. Explico. Algunas personas le han
dicho a Leticia que no se pueden ver las películas porque hay
aplausos, risas y comentario. Precisamente esta es la gracia de los
festivales, todos somos amigos aunque no nos conozcamos y compartimos
unos referentes que van aumentando con cada muestra y si aparecen en
una película, hay que demostrar que lo conocemos (Canino,
la luna, el silbido del viernes). Por eso, Leticia ha dicho
que nos gusta esta mandanga y ha bautizado la sala 1 como “Sala
de la manganda”, y los sosos que pretenden que sea igual que ir
al cine normal, quedan recluidos en la sala 2, ahora llamada “Sala
mandanga free”.
The
piper, dirigida por Kim Kwang-tae (Corea del sur):
Recién acabada la guerra de Corea, un flautista (Seung-ryong Ryu)
viaja a Seúl buscando un médico para su hijo, que sufre
tuberculosis. Durante el viaje se encuentra una aldea sin nombre, que
sufre una plaga de ratas, en mitad del bosque. El flautista se ofrece
a realizar el trabajo a cambio de una recompensa que nunca recibe.
Es
una versión muy siniestra del cuento popular El flautista de
Hamelín, más allá de lo que esperaba incluso en una
película coreana. Dura dos horas y se hace corta de toda la acción
que hay, porque, aunque empiece un poco lento, no dejan de
precipitarse los acontecimientos, aumentando en intensidad y
siniestralidad. El pobre flautista no deja de sufrir desgracias,
pierna tullida, hijo enfermo, mujer muerta, se ríen de él, y hasta
aquí puedo escribir.
Listening,
dirigida por Khalil Sullins (Estados Unidos): Tres estudiantes
interesados en la telepatía, David (Thomas Stroppel), Ryan
(Artie Ahr) y Jordan (Amber Marie Bollinger) inventa
una tecnología que les permite llevarla a cabo. De este sistema lo
único que surgen son problemas.
El
director estuvo investigando sobre la tecnología real que existía
en el momento de escribir la película porque quería hacer algo
realista y durante ese proceso de documentación flipó bastante con
los prototipos que tenía el ejército. También ha contado que al
acabar la película, muchas de las cosas que eran ciencia ficción al
comenzar el guión, ahora son reales, lo malo es que no sabemos
cuales.
La
motivación de David es diferente al principio y a la mitad de
Listening, hay un cambio drástico que mejora la
película. Hacia la mitad de la película ocurren cosas muy raras que
se hacen pesadas (esto de explicar sin hacer spoilers es muy duro).
Sullins
quería concienciar a los espectadores de que las grandes
corporaciones y gobiernos saben todo lo que queremos y nos manipulan
por lo que decimos voluntariamente en nuestras redes sociales, sin
necesidad de telepatía.
Quiero
destacar el montaje de las escenas en las que se conectan los
cerebros, muy sencillo y muy eficaz. Y termino con mi escena
favorita, lo que ocurre en esa sala cuando al hombre le ordenan matar
a su perro es lo que debería ocurrir siempre que alguien tiene la
intención de matar a un animal, independientemente de si es humano o
no.
The
mind's eye, dirigida por Joe Begos (Canadá): En la
década de los 90 hay varias personas que tienen poderes
telequinésicos que suponen una amenaza cuando no se controlan. Para
ayudar a estas personas, el doctor Slovak (John Speredakos)
dirige una institución donde enseña a controlar los poderes. Zack
(Graham Skipper), uno de los pacientes, desconfía del doctor
y descubre sus intenciones.
Hace
un par de ediciones vimos otra película de este director, Casi
humanos, con la que comparte varios elementos. The
mind's eye empieza pareciendo una película seria, con un
misterio que resolver y acaba siendo una película de héroe vs
villano con mucha mandanga.
Lo
peor de esta película ha sido el volumen al que estaba puesta. Antes
de empezar, sale un cartel que dice algo así como “escuchar esta
película a un volumen alto”,cosa que se han tomado muy en serio.
Pero tampoco era necesario subirlo tanto como para reventar los
tímpanos del público.
Bone
Tomahawk, dirigida por S. Craig Zahler (Reino Unido):
En 1850 llega un forastero sospechoso a Bright Hope, un pueblo
cuidado por el Sheriff Hunt (Kurt Russell). “Por accidente”
le dispara en una pierna y la ayudante del doctor, Samantha (Lili
Simmons) se ofrece para curarle. Durante esa noche secuestran a
ambos y al lugarteniente Nick, que estaba cuidando de la dama. Tras
consultar con el experto a la mañana siguiente, descubren que los
culpables son los miembros de una tribu caníbal. Enseguida el
Sheriff, su ayudante Chicory (Richard Jenkins), Brooder
(Matthew Fox) y el marido de Samantha, Arthur (Patrick
Wilson), con una pierna rota, emprenden su camino para
rescatarles.
Craig
Zahler ya había conseguido vender 22 guiones a la industria de
Hollywood, pero ninguno se había llevado a cabo, por lo que decidió
dirigir el último él mismo y no lo ha hecho nada mal, pues se ha
llevado varios premios a lo largo y ancho del planeta.
Esta
película es aún más larga que la primera y lleva un ritmo mucho
más lento, que, sin embargo, no se hace nada pesada. Nos da tiempo a
conocer a los personajes, interpretados a la perfección, cuyos
diálogos derrochan ingenio e ironía.
Es
curioso que, mientras que lo más escabroso se muestra en fuera de
campo durante todo el viaje, cuando llegan a la zona caníbal
reaparece toda la violencia en pantalla, mostrando imágenes muy
gores.
Lo
mejor de la película, sin duda, el personaje de Jenkins,
Chicory, y su conversación sobre los circos de pulgas.
Al
igual que Leticia tenía un problema con Eli Roth, yo
lo tengo con Matthew Fox y creo que es por algo semejante.
Durante el rodaje de la maravillosa Perdidos, tuvo
varios incidentes bastante machistas (con denuncias incluidas),
buscad por Internet si queréis saber más.
Generation
Z, dirigida por Steve Barker (Reino Unido): Hace unos
años se produjo una pandemia cuyo efecto era la conversión en
zombie. Consiguieron luchar contra la enfermedad y erradicarla en
todo el mundo excepto una isla de las Canarias. Allí se ha creado un
centro turístico al que la gente va a matar zombies. Todo está
ultracontrolado hasta que un virus informático ataca todos los
sistemas de seguridad y los zombies campan a sus anchas por la isla.
Durante
la presentación de la película anterior Leticia nos ha
contado que acababa de leer que le han denegado el paso a una familia
de refugiados porque el bebé, que ha nacido en estos meses de caos y
desesperación, no tenía papeles. No tenía nada que ver con el
western, pero es importante que tengamos presente estas cosas.
¿Por
qué lo cuento aquí y no en orden cronológico? Pues porque esta
película va de eso, no es sólo una divertida comedia de zombies con
mucha mandanga, tiene bastante trasfondo (¿qué está pasando este
año con los trasfondos?). Hay miles de formas de atajar la crisis de
refugiados y si nosotros no lo estamos haciendo de la forma correcta,
en la película mucho menos.
Creo
que esto es un spoiler importante de la película, porque sólo al
final sabemos con certeza (aunque todos lo imaginábamos desde que
vemos el osito azul al principio) que los refugiados son convertidos
en zombies para divertimento de las clases ricas blancas. Pero me da
igual, si os molesta que lo cuente, haber estado en la sala de la
mandanga.
Estoy
casi segura de que Leticia no sabia de qué iba la película
porque la sesión golfa nunca la presenta y sigue sin entender las
constantes referencias a Dead Sushi que hacemos todos
los años, pero no ha podido contar esa historia en mejor momento.
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