Películas
Nocturna 2016
Ordenar
las películas siempre es más fácil que los cortos, pero tampoco es
algo que salga sin pensar y ha habido varias posiciones que me ha
costado ajustar. Lo que más claro tenía era la primera y la última,
las que les rondan están más o menos al mismo nivel. Al igual que
los cortos, están ordenadas de la que más me ha gustado a la que
menos (no necesariamente es de la mejor a la peor).
Summer
camp
(Alberto
Marini,
Estados Unidos/España)
Cuatro
jóvenes, tres americanos y un español (Maiara
Walsh,
Jocelin
Donahue,
Diego
Boneta
y Andrés
Velencoso),
se presentan para ser monitores de un campamento de verano en España.
La noche antes de que lleguen los niños empiezan a sufrir los
efectos de una enfermedad que causa violencia extrema. Deben
encontrar el foco de infección e intentar sobrevivir.
Alberto
Marini, conocido por ser el guionista de El maquinista
o Mientras duermes, entre otras, debuta como director
con esta películas de “zombies” muy particulares. El hecho de
que la infección rábica aparezca y desaparezca, además de
necesitar pocos actores y extras, permite crear situaciones muy
diversas, algunas muy divertidas.
Es una de esas
películas que entiende que el espectador no es tonto y no hay que
darle todo mascado, juega con nosotros en la búsqueda del origen o
nos tiene pendientes de para qué sirve el palo.
Lo único malo
es lo de siempre, el uso excesivo de la cámara móvil, ya está
obsoleto, no queremos marearnos en el cine.
Patchwork
(Tyler
MacIntyre,
Estados Unidos)
Jennifer (Tory
Stolper), Ellie (Tracey Fairaway) y Madeleine (Maria
Blasucci), tres desconocidas, se despiertan frankesteinizadas en
un solo cuerpo tras una noche de fiesta en un bar. Tendrán que unir
fuerzas y dejar de lado sus diferencias para descubrir al culpable y
vengarse.
Tanto la
premisa como la realización, intercalando escenas del “monstruo de
Frankestein” y las tres chicas interactuando entre sí, son muy
originales.
Se divide en
capítulos cuyos títulos son el nombre de las chicas o del momento
psicológico que están viviendo. Hacia la mitad de un giro de guión
muy loco que va a más hasta el final de la película.
No es
relevante, pero aparece James Phelps, actor que interpretó a
uno de los gemelos hermanos de Ron Weasley.
I
had a bloody good time at House Harker
(Clayton
Cogswell,
Estados Unidos)
Los
verdaderos descendientes de Jonathan
Harker,
famoso por enfrentare al Conde Drácula, promocionan una obra de
teatro haciendo creer a todos los vecinos del pueblo que hay un
vampiro. Esta estrategia de marketing se acaba haciendo real y los
habitantes quedan transformados en vampiros contra los que tienen que
luchar.
Parte del
equipo vino a presentar la película e hicieron la presentación más
divertida de Nocturna 2016, incluso regalaron camisetas, que
siempre está bien. De hecho, estuvieron toda la semana por allí y
disfrutaron tanto o más que nosotros. Así da gusto.
La primera
mitad de I had a bloody good time at House Harker es
una comedia protagonizada por un grupo de fracasados, pero, cuando
llega el vampiro en busca de la esencia se transforma en una película
de serie B de estilo ochentero donde la sangre inunda el espacio. Es
la más divertida de esta edición de Nocturna, no paras de
reír de principio a fin.
The
dead room
(Jason
Stutter,
Nueva Zelanda)
Un
equipo de parapsicólogos, compuesto por dos científicos (Jed
Brophy
y Jeffrey
Thomas)
y una médium (Laura
Petersen),
monta su laboratorio portátil en una granja cuyos dueños afirman
que está embrujada. Los escépticos científicos pronto se muestran
entusiasmados con los resultados, mientras que la médium lo que
siente es temor.
The
dead room
está inspirada en los fenómenos paranormales de una famosa granja
de Nueva
Zelanda
en la que se dice que habita el espíritu de una chica a las 3:00
a.m. cada día. Será el más famoso, pero no he encontrado mucha
información para contaros.
Aunque
se trate de una investigación, no se utiliza la técnica del metraje
encontrado, que ya está muy vista, está rodado al estilo
tradicional, con trípodes para no marear. Los efectos especiales son
sencillos y efectivos, sin espectacularidades visuales (una lámpara
que se mueve, un agujero en la pared, algo que vuela, etc),
centrándose en el sonido. El giro de guión que hace cuando la
investigación ha terminado es maravilloso.
Es
una película muy pequeña, pero mucho más potente que las que
tienen grandes presupuestos.
Estirpe
(Adrián
López,
España)
Borja
Crespo
pretende llevar al cine un cómic de culto de 1969, con miles de
seguidores por toda España, Estirpe.
Parte del éxito de este cómic se debe al inesperado final y al
hecho de que el autor sea anónimo, nunca pidió que se le
reconociera su autoría. Para poder hacer la adaptación, la
productora encarga a su abogada, María (Silvia
Alonso)
que encuentre a su desaparecido autor para conseguir los derechos.
Esta
desternillante comedia consiguió financiación a través de
Crowdfunding, un método que están utilizando muchos cineastas para
poder llevar a cabo sus proyectos. Si tuvieran que depender de los
métodos de financiación clásicos nos perderíamos muchas
maravillas como esta.
La
historia central, el proceso de búsqueda del autor del cómic, se
entremezcla con los flashbacks de cómo éste consiguió publicarlo y
escenas de la película, en un ejercicio de metacine.
En
cuanto a las interpretaciones, sigo flipada con Silvia
Alonso,
es una de las actrices más verosímiles que tenemos en España, da
igual el papel que interprete, todo lo hace de manera tan natural que
no parece ni que actúe.
Aunque
había un guión muy elaborado desde el principio, hay varias escenas
en las que la improvisación es la clave, destaco la reacción de
Vigalondo
hablando de Estirpe
y su director, eso sí que quedó natural y es difícil, porque no es
un gran actor.
Keeper
of darkness
(Nick
Cheung,
Hong Kong)
El
exorcista Wing-Fai (Nick
Cheung)
se hace famoso gracias a un vídeo viral, llamando la atención de
periodistas y delincuentes que le ayudarán en su nueva misión. Un
malvado espíritu que busca venganza está matando a los mediums de
la ciudad que no pueden ayudarle. Wing-Fai es el siguiente.
Empieza como
una película de terror oriental clásica, pero pronto descubrimos
que, en realidad, es una comedia repleta de buen humor.
Los efectos
especiales son una parte muy importante del film. Gracias a la
tecnología digital, hay fantasmas de todo tipo, desde el más amable
al más monstruoso, que están esperando para poder pasar al otro
mundo o reencarnarse y por diferentes razones no lo han conseguido
aún. Wing-Fai les ve del mismo modo que a los vivos, incluso amenaza
o negocio con ellos para echarlos de un lugar en el que no deberían
estar en vez de hacer rituales mágicos.
Hasta el
viernes era la mejor película de la edición, pero fin de semana
vino cargado de joyas.
Embers
(Claire
Carré,
Polonia/Estados Unidos)
Años después
de que apareciera una extraña enfermedad que hace perder la memoria
se acabó convirtiendo en pandemia, afectando a todo el planeta.
Esta situación
mundial se cuenta a través de diferentes historias pequeñas,
algunas de ellas se mezclan cuando se cruzan los caminos de los
personajes.
Al perder la
memoria y poder recordar nada del día anterior, los personajes se
han quedado anclados en el momento en el que se contagian, por lo que
hay quien no aprende nunca a hablar, quien sigue pensando que es una
niña y quiere jugar aunque tenga cerca de treinta, etc.
No se resuelve
el conflicto central, aunque sí algunas de esas pequeñas historias.
El final no parece un final, porque no hay una solución (ni se
busca) al problema, como la vida real, y eso le da un encanto
especial.
Es una de las
películas más originales de este año. Nunca había visto una
película parecida (no niego que exista), con este tipo de pandemia y
la forma de afrontarla.
Camino
(Josh
C. Waller,
Estados Unidos)
Una
fotógrafa de guerra (Zoë
Bell)
sigue a un grupo de misioneros dirigido por un español (Nacho
Vigalondo)
para documentar la labor que hacen en la jungla colombiana. Todo
parece idílico hasta que la fotógrafa descubre el oscuro secreto
del líder misionero, momento en el que deberá luchar por su vida.
Es
el papel más largo e importante que Nacho
Vigalondo
ha interpretado y no lo hace tan mal como se dice. El personaje es un
malo malísimo exagerado que no deja de mentir, así que no tiene por
qué ser tan creíble en sus intervenciones. Zoë
Bell
está perfecta en su papel de víctima que intenta sobrevivir, es el
guión el que no acaba de funcionar en la parte traumática de la
fotógrafa.
La
imagen está demasiado oscura la mayor parte de la película, por lo
que nos perdemos mucho de lo que ocurre en pantalla. Pero, como
siempre hay algo bueno, el hecho de que esté tan oscura ayuda a que
no maree el movimiento constante de la cámara.
En
conjunto funciona, pero le falta emoción en algunos momentos que se
alargan demasiado. Como dijo Nacho, por lo menos se ha llevado
un viaje a Hawai que no habría hecho de otra forma y no volverá a
hacer.
The
hollow point
(Gonzalo
López-Gallego,
Estados Unidos)
En
una ciudad fronteriza, el nuevo sheriff (Patrick
Wilson)
investiga, junto al viejo (Ian
McShane),
una red de tráfico de balas que se produce entre Estados Unidos y
México, adentrándose en una oleada de violencia.
Normalmente
no voy a la inauguración ni a la clausura, porque son películas que
se estrenarán y son más caras. Pero, esta vez, estaba invitada por
BUZZ,
el nuevo canal de cine de terror y colaborador de Nocturna
2016.
Y me alegro, porque viendo cómo se tratan las películas de Gonzalo
López-Gallego
en España, no tengo muy claro que se vaya a estrenar.
The
hollow point
es otro intento de resucitar el western, mezclado con otros géneros,
que están tomando fuerza en los últimos años como Cowboys
& aliens,
El
renacido
o la maravillosa Bone
Tomahawk,
también con Patrick
Wilson.
En
este caso, el western se mezcla con el thriller, género en el que
López-Gallego
se maneja perfectamente. Recrea muy bien la atmósfera de western
clásico en el siglo XXI, el ritmo relajado de la película se rompe
bruscamente en las escenas más violentas.
La
película no está mal, pero me sigo quedando con El
rey de la montaña
o Apollo
18.
The
lesson
(Ruth
Platt,
Reino Unido)
Dos
delincuentes juveniles son secuestrados por un profesor (Robert
Hands)
que pretende enseñarles lo que no han sido capaces de valorar en sus
clases.
The
lesson es
el primer largometraje escrito y dirigido por la televisiva actriz
británica Ruth Platt. En general está bastante bien. Hay mucha
filosofía y, siendo mi asignatura favorita del instituto, no puedo
decir nada malo de ella.
Se repite un
estilo marcado por planos que se alargan sin que haya nada
interesante que ver, en contraste con las clases magistrales del
profesor.
El final no me
agrada, he llegado a adorar al profesor, no merecía acabar así.
Hacen falta profesores como este en muchos lugares.
Scream
week
(Martijn
Heijne,
Países Bajos)
Un
grupo de amigos universitarios se va de vacaciones para pasarlo bien
al acabar las clases. Las fiestas se ven ensombrecidas por el ataque
de un enmascarado que parece buscar venganza por algo que ocurrió
hace tiempo.
Es
un slasher que no descubre nada nuevo, pero es divertido, hay muertes
chulas y, sobre todo, muestra que las regatas son muy divertidas. No
le pedimos más a este género.
El
giro final no tiene ningún sentido y si lo tuviera no sería tan
gracioso, ¿será para dejar la puerta abierta a una secuela?
The
Offering
(Kevin
Tong,
Singapur)
La
periodista Jamie (Elisabeth
Rice)
recibe un e-mail explicando que su hermana se ha suicidado. Viaja
hasta allí para investigarlo y descubre que hay más muertes con las
mismas características por la zona, todas ligadas a un curioso
símbolo.
Es
una película comercial con un argumento rebuscado que lo mezcla todo
(un país exótico, fantasmas, demonios, sectas, hackers informáticos
muertos, etc) y muchos efectos especiales, que entretiene, pero no
sorprende ni cuenta nada nuevo.
Rendezvous
(Guillermo
Julián y
Román
Santiago Pidre,
España)
En un futuro
más o menos cercano, la poderosa compañía Tiger Corp. está
desarrollando un ambicioso proyecto con la intención de mejorar el
mundo, pero la intención no es suficiente.
Es la primera
película que hacían al salir de la universidad y se nota en calidad
y medios, la imagen está desenfocada muchas veces, el sonido estaba
sincronizado en una escena y en la siguiente no.
En general no
está mal, la idea era buena, aunque le faltaba un repaso a ese guión
antes de llevarlo a la práctica.
Sensoria
(Christian
Hallman,
Suecia)
Tras perder
todo lo que le importaba, Caroline Menard (Lanna Ohlsson) se
muda a un viejo apartamento para empezar de cero. Al instante de
mudarse se da cuenta de que los vecinos se comportan de forma curiosa
y eso no es lo peor del edificio.
Es una
película de fantasmas en el inmueble con varias peculiaridades, como
el desconcertante final.
Los fantasmas
se pasean por todo el edificio y no son violentos (hasta los últimos
10 min) ni asustan. A cambio, los vecinos dan mucho miedo, el único
que se salva es el ciego, que también es el único gracioso y
simpático.
Polder
(Julian
M. Grünthal y
Samuel
Schwarz,
Suiza/Alemania)
En
un futuro cercano, una gran empresa internacional, NEUROO-X, crea un
videojuego de realidad virtual cuya inmersión va más allá de lo
que podamos imaginar. Uno de los mods es el Libro rojo, que mejora la
experiencia de juego. Su creador, Marcus (Christoph
Bach)
muere misteriosamente poco antes de sacarlo al mercado, por lo que su
mujer, Ryuko (Nina
Fog),
empieza una gran investigación descuidando a su hijo incluso, que
inicia sesión y se pierde en el mundo virtual.
Por la
sinopsis parece una buena película, pero no acaba de funcionar. Es
una película muy rara, con un estilo japonés, pero sin llegar a la
esencia (si estuviera hecha por japoneses sería mejor película). A
la parte del análisis del videojuego le han querido dar una
profundidad emocional que no consigue transmitir.
Lo más
interesante es el tratamiento de la imagen que pasa del color al
blanco y negro para diferenciar lo “real” de lo virtual durante
los primeros minutos.
Cold
Moon
(Griff
Furst,
Estados Unidos)
Una joven es asesinada por un encapuchado en el mismo río de Babilon en el que
desaparecieron sus padres. Su cuerpo se pudrirá en el río, mientras
que su espíritu buscará venganza.
Se trata de la
adaptación de la novela de Michael McDowell. No sé qué opinarán
los lectores, pero no parece una buena adaptación. Espero que el
libro esté más interesante.
La película
es muy lenta, lo que no sería ningún problema si hubiera misterio o
emoción, que no la hay. Es interesante la premisa y la media hora en
la que no sabemos qué va a pasar con el espíritu vengador o quién
es el asesino. Después hay casi una hora de acción nula, diálogos
mal escritos y nada en lo que centrar la atención. Intentan salvarlo
con el final. Lo único bueno es la presencia de Christopher
Lloyd.
The
executioners
(Jesse
Thomas Cook,
Canadá)
Dos jóvenes
mujeres muy diferentes, que trabajan en una empresa de eutanasia o
suicidio asistido, son enviadas a una mansión alejada de todo, para
realizar uno de sus trabajos. No sólo ayudan a morir a quién lo
necesita, sino que lo hacen cumpliendo la última voluntad del
cliente. En este caso realizan un ritual con el que acaben convocando
a un grupo de fantasmas satánicos.
Es una buena
sinopsis, ¿verdad? Podría ser intrigante, podría ser divertida,
podría ser terrorífica, pues no es nada de eso, simplemente es
aburrida. Avanza muy despacio, los personajes de las mujeres son
estereotipos que no funcionan, no hay química entre las actrices.
Lo único
bueno es que tiene un buen cierre de regalo para el que haya
conseguido aguantar despierto toda la película.
Wind
walkers
(Russell
Friedenberg,
Estados Unidos)
Un grupo de
amigos descendientes de los indios americanos, se reúnen para ir de
caza, como cada año, pero este año algo es diferente, la leyenda
del Wendigo cobra vida. En el desolado y nevado paraje se quedan
aislados ante la presencia de la criatura que les acecha.
Es una
revisión del mito indio del Wendigo, un demonio del viento, muy
lenta, poco emocionante y con poco ritmo. Por desgracia, no encuentro
nada que merezca ser recordado.